SIGLO XXI

El siglo XXI encuentra a Guatire recrecido en población y talento, en verdad las áreas que fueron haciendas durante siglos ahora son urbanizaciones y sectores populares que se han extendido desde las faldas del Avila hasta las riberas del río Guarenas (de norte a sur) e incluso el cerro Jericó. Las estadísticas nos revelan que más de la mitad de esa población es consecuencia de un proceso de inmigración que aceleró el crecimiento poblacional desde la década de 1980. Con este crecimiento vino el colapso de servicios públicos, vías de comunicación y la necesaria reacción en sectores privados y más tardíamente de entes públicos para poder cubrir las consecuentes demandas de la explosión demográfica.

Muchas de esas personas recién llegadas trabajan, estudian y pasan la mayor parte de su tiempo en Caracas, y por lo tanto no intervienen en la realidad vivencial de Guatire, mucho menos de su riqueza histórica y cultural. Su mudanza fue un hecho fortuito en la búsqueda de una vivienda digna y acorde a sus posibilidades monetarias. Pero en la medida que la reacción natural a este cambio acelerado se ha dado, muchas personas sobre todo la generación en crecimiento (los hijos de los inmigrantes) desarrollan su mundo en el otrora pacifico pueblo, el cuadro familiar completo es forzado a descubrir esta parte del mundo que los rodea.

Todos esos procesos pasan en conjunto, la adaptación de la familia, empresas privadas que traen sus negocios y comercios a la zona con un nivel de calidad equiparable a la capital, en educación el 70% de los colegios son privados (recuerden la reacción privada ha sido más rápida que la pública), la cantidad de camas hospitalarias también creció así, la inseguridad personal se ha multiplicado un mal que persigue a todas la ciudades en el país, y Guatire, también lo vive, pero estos no son los puntos a resaltar acá solo son la introducción a la realidad del siglo XXI.

La vida Cultural del siglo que corre no es lineal como la de los anteriores, hay Guatireños haciendo historia dentro del pueblo con las tradiciones y otros por fuera quizás no cambiando la historia pero si siendo protagonistas de los cambios que se viven en el país, y es temerario nombrar alguno y correr el riesgo de dejar otros por fuera, sin embargo como es el siglo que corre se puede complementar la lista en la medida en que se haga más notoria la presencia de ellos en el mundo, cabe decir que interpretes en el ámbito académico y popular hay gran numero por eso solo se citaran los definitivamente destacados. Aquí van: Régulo Stabilito Rico, nieto de Régulo Rico, hoy día destaca como director de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, luego de desarrollar carrera en otros instituciones locales y foráneas; María José León, por sus venas corre sangre de Henrique León y Berto León Rojas, luego de pasantías por el Sistema de Orquestas, ahora está al frente de proyectos musicales como solista en el ámbito popular; Rodolfo León, de la familia anterior, luego de sus inicios en la escuela de Música Enrique León salto a la música tropical donde estuvo en la filas de la Orquesta de Oscar D'León y desde hace dos años funciona con su propia orquesta llamada La Llave, también caribeña; Andrés González , surgido de las filas del Sistema de Orquestas, ahora está al frente de la Orquesta Francisco de Miranda y a su vez participa en la Simón Bolívar como violinista.

En la patria chica siguen en la palestra instituciones como el Cea Andrés Eloy Blanco, en el centro del pueblo, perdón en el casco central de la ciudad, así como la Escuela de Música Enrique León, La Academia de la Historia del Municipio Zamora, la Fundación Padre Sojo, La casa de la Cultura Antonio Machado, el Núcleo de la Orquesta Sinfónica Juvenil, e Infantil Vicente Emilio Sojo, y a ellas se le han unidos otras academias, grupos y centros importantes de nombrar. Uno de ellos la Orquesta Sinfónica Francisco de Miranda con núcleo en Guatire y Guarenas (creada en 2003); la orquesta Afrobarloventeña Alma Llanera, perteneciente al mismo sistema, al frente de ella está una de las figuras más emblemáticas de la versatilidad musical venezolana, el maestro Alexander Livinalli, un alumno de Pedro Muñoz y Mujica que ha llevado el sonido de los tambores más allá de las fronteras de Venezuela. El núcleo nos lleva a otro escenario local que ha sido muy renombrado en los últimos años, el teatro La Parada, ubicado en el Centro Comercial del mismo nombre (Av. Intercomunal Guarenas-Guatire); la utilización de este espacio en actividades culturales lo ha convertido en punto de referencia.

Se han sumado espacios de diversa índole y capacidad donde se desarrolla la vida nocturna y donde se presentan artistas que están en la palestra nacional e internacional. Si bien a Guatire se le sigue catalogando como una ciudad dormitorio, la realidad nos presenta una verdad diferente, el comercio, los espectáculos las opciones de entretenimiento están a la orden del día y entre el colapso vehicular, las fallas en los servicios públicos y el crecimiento desarreglado de los centros poblados las fechas puntuales de las tradiciones se abren paso en medio del caos para mostrar a propios y extraños la vigencia de sus centenarias costumbres. Renace el Carnaval que recorre sectores tradicionales de Guatire: El casco central, Calvarito, Caja de Agua, Valle Verde, la entrada al 23 de Enero, el Barrio Arriba y Tejerías.

La Semana Santa, declarada patrimonio Cultural Inmaterial de la Estado Miranda en 2013 se apodera del casco Central durante más de siete días con toda su alegoría, imágenes, música y personajes que por 290 años han dejado huella. Algo representativo de esta alegoría es la música, por algo es su punto de inicio cada Viernes de Concilio con el Concierto Sacro que se realiza consuetudinariamente desde hace 30 años y continua a lo largo de todas las procesiones con la Banda Sacra renovada por Pedro Muñoz y actualmente convertida en fundación bajo el nombre de Funbasagua, según acuerdo de los músicos liderados por el Prof. Pedro Moreno, en 2009 la Semana Santa Guatireña se amplió con la instauración de la procesión del Domingo de Resurrección, algo que no pasaba desde el siglo XIX.

Cada 3 de mayo vuelve el pueblo a reencontrase con su idiosincrasia en la Fiesta Patronal, la Santa Cruz copará espacio en el templo parroquial para hacer que el pueblo se reencuentre con su origen, en la plaza 24 de Julio y diversos sectores veremos celebraciones especiales, pero ninguna tan emblemática como la de la Casa de Auristela Muñoz de Rondón donde muchos viejos amigos se sentaran a la mesa para comer el plato típico de Guatire, el Tere Tere.

Junio llegará y otros dos festejos pondrán sobre aviso a la población, uno que es emblema en todo Barlovento, El San Juan, cada 24 junio hará que los cuerpos se junten al son de los tambores, ya desde principios del mes habrá movimiento en diversos sectores de la población que no culminarán hasta que la madre del bautista recorra las calles de las Barrancas, donde patrona y lugar donde nació la tradición sanjuanera de Guatire hace más de cien años. Pero esto no supera al magnetismo generado por la tradición más emblemática de Guarenas y Guatire, la Parranda de san Pedro, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2013, hace que miles de personas venidas de diversos lugares del país se paseen por la población cada 28 y 29 de junio. Día en que el pueblo se une en una sola celebración.

Para que estas tradiciones y otras de menor fama se puedan mantener es necesario el trabajo de diversas instituciones, familias e individualidades que funcionan sin fines de lucro y con sentimiento regionalista. Es un calendario de historia viva donde siguen naciendo y creciendo heroes anónimos que mueven los hilos para el sostenimiento en el tiempo de estas razones que siguen demostrando porque Guatire pertenece al “Concierto de los Pueblos Cultos”, mientras otros lo consideran la “Capital cultural del estado Miranda”.