Músicos de Guatire - Siglos XVII al XIX
(#CulturaGuatireña)

            Guatire es una población ubicada en el Estado Miranda, Venezuela, con una población que ronda los doscientos mil habitantes, gran parte de ellos emigrados de Caracas, capital de la Republica y de otras latitudes en los últimos treinta años. Sin embargo en su mayoría han homogeneizado la rica herencia cultural de la otrora aldea, llena de un pasado glorioso donde un hecho primordial ha sido su trayectoria musical,fuente de orgullo y cualidad que ha cambiado el curso histórico del país en dos trascendentales oportunidades, de allí el porqué de esta página.


SIGLO XVII

            Santa Cruz del Valle de Pacairigua y Guatire es la consecuencia social de la distribución de tierras que colindaban el valle de Caracas por el este, en épocas de la Conquista Española. Las comunidades aborígenes Tomusas, Mariches y emparentados con la tribu Caracas fueron desplazados de sus lugares en las tierras altas que rodeaban los ríos Pacairigua, Guatire y Araira, para ser parceladas por los capitanes españoles con ansias de explotar la producción maderera y luego de arrasados los bosques convertirlas en áreas de cultivo. Los indios no fugitivos y los no exterminados fueron adoctrinados y llevados hacia las colinas cercanas al río Curupao más cercano a Caracas para la fundación del pueblo de Nuestra Señora de la Copacabana de Guarenas el 14 de febrero de 1621. Con esta nueva entidad jurídica nace el Cantón de Guarenas bajo cuya jurisdicción quedaban todas estas tierras.


            Las maracas, guaruras, turas y carrizos; desprendieron los sonidos ancestrales con los que nuestros aborígenes declararon la guerra a sus enemigos y llamaban a sus dioses, pero en esta oportunidad no pudieron salvaguardar su territorio, sus bienes, ni su vida.


            Lo retirado de los parcelamientos agrícolas hizo clamar por la autonomía requerida y que ponía en desventaja social a los habitantes más alejados del pueblo de Guarenas. Así que en 1680 se formaliza la creación de una Capellanía de Campo en un sitio propiedad de la hacienda Gascón entre los límites de los valles del Guatire y el Pacairigua nació el pueblo que hoy es leyenda.


SIGLO XVIII

            A principios del siglo XVIII se termina de construir el primer templo parroquial del pueblo cuyo honor principal era la Santísima Cruz y allí un órgano dejó escuchar por primera vez melodías sagradas que recrearon los momentos de la pasión de cristo y la virgen y que tanto sirvieron para consagrar a los compositores clásicos del mundo. Los maestros de capilla hicieron su entrada triunfal poniendole música a la historia.


            Las familias que poseían las haciendas que rodeaban al pequeño pueblo tenían como ascendentes a mantuanos residentes de Caracas y blancos españoles. Siguiendo las costumbres sociales de la época es posible que muchos de ellos cultivaran el aprendizaje de algún instrumento musical principalmente la guitarra y el arpa, para así reproducir melodías escuchadas en Caracas o el viejo continente. Mientras que en patios, barracas y cerros los negros esclavos daban rienda suelta a sus cantaurias dedicadas a deidades paganas, disimuladas ante el amo con la presencia de san Juan Bautista o alguna otra imagen sagrada del catolicismo.


            El mina, cumacos y demás tambores confeccionados bajo patrones heredados de sus ancestros africanos más las influencias de los indígenas marcó la tendencia de la música popular para el momento. Tonadas negras que fueron el desahogo durante largas faenas bajo el inclemente sol y en las “rochelas” formadas por esclavos fugados o en horas nocturnas antes del merecido descanso. Muchas veces los “quitiplas” sustituían tan prominentes instrumentos.


            De este ambiente surge la figura descollante del Padre Sojo (1739-1799) que como apasionado de la música deja el pueblo para convertirse en el fundador de la primera escuela de música de la América Española, la Escuela de Chacao. Gracias al trabajo de este hombre de Dios Venezuela contará con la primera generación de músicos nativos y derribando las diferencias sociales, los compositores e intérpretes de Chacao eran en su mayoría pardos y por supuesto humildes.


            El enriquecimiento del genero religioso fue la primera consecuencia del trabajo de los alumnos de esta Escuela, quienes se reunían en las Haciendas La Floresta y Blandín ubicadas en el pequeño pueblo que dio su nombre a este grupo formal que de vez en cuando tocaban el género profano.


            Chacao quedaba a escasos kilómetros de Caracas, en la actualidad  fundido a la misma urbe que también arropa a Baruta, Petare y El Valle localidades de donde surgirán destacados músicos amigos de Guatire en diferentes épocas.


SIGLO XIX

            La Guerra de Independencia entre 1811 y 1824 ahogó por años la herencia de la Escuela de Chacao, más los músicos de la época se volcaron al sentimiento nacionalista para lograr canciones fundamentalmente patrióticas, entre ellas el “Gloria al Bravo Pueblo” de Juan José Landaeta que será reconocido más adelante como el Himno Nacional de Venezuela. Los sobrevivientes de esta etapa englobaron sus cadencias entre el Romanticismo que venía de Europa y la herencia del estilo desarrollado en Chacao.


            Guatire no deja de estar sujeta a las incidencias globales, el terremoto de 1812 y la Guerra de Independencia siembran de cadáveres  las calles del pueblo, con respecto a las masacres el máximo líder patriota, El Libertador Simón Bolívar hará mención en sus escritos de la desdicha de Guatire y otros pueblos cercanos a Caracas. Calmados los ánimos, hacendados y humildes pobladores hacen ecos de las tendencias que venían del viejo continente: la danza, la contradanza; el vals, que se venezolanizará;  surge al merengue criollo; y las bellas tonadas que en serenatas se dejan oír al pie de las ventanas de las casas donde viven las mujeres más bellas. De la opera se desprenden las zarzuelas, rapsodias y fantasías; y por último es el mismo género operático el que es trabajado por los compositores locales.


            En los fundos los esclavos hacen de las suyas cada 24 de junio cuando al repique de tambor celebraban a san Juan Bautista ya por tradición y sentimiento cristiano. Y de repente en algún momento temprano de este siglo ocurre un milagro en la persona de una niña hija de esclavos, el santo benefactor que la salva de una muerte segura es San Pedro Apóstol y en honor a él la madre agradecida pagara su promesa cada 29 de junio al ritmo del “cuatro” (guitarra pequeña) y las “maracas”. El eco de la voz de los negros esclavos se oirá por los viejos corredores de las haciendas no solo por gratitud sino por protesta ante el maltrato del amo. Con el tiempo se convertirá en tradición este homenaje a san Pedro para servir de identificación de la cultura popular en los valles de Guatire y Guarenas a tal punto que doscientos años después será considerado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.


            La Venezuela republicana partirá de sus ruinas a convertirse en nación independiente donde las nuevas generaciones verán nacer nuevos talentos musicales y poéticos. Uno de ellos verá la luz en la hacienda El Palmar de Guatire: Elías Calixto Pompa (1837-1887) surgirá para convertirse en uno de los mejores poetas del siglo XIX en Venezuela, entre sus inspiraciones surgirán varias melodías populares como: “El Prisionero”, “Las dos cárceles” y “Mujer divina que tanto adoro”. Repetidas hasta el cansancio por serénateros de la época en Guatire, Caracas y otras ciudades.


            Apartando la ópera, el género clásico era básicamente música religiosa sustentada por la Iglesia y allí en pleno centro del pueblo estaba el templo Santa Cruz de Pacairigua José María Istúriz desde 1856, será por estos años que llegará a la parroquia para ocupar el cargo de Maestro de Capilla el organista Domingo Castro, experimentado en esta área por haber sucedido a su padre en la Iglesia de Chacao. Domingo se une al Ejercito Liberal durante la Guerra Federal (1859-1863), Guatire va a ser centro de operaciones de este ejército en el centro del país y en ese momento el músico inspirado compondrá la melodía Liberal por excelencia: “Oligarcas Temblad”.


            Luego de concluida la Guerra vendrá de Chacao otro organista a ocupar el mismo cargo de Castro, su nombre es Demetrio Farías, además tendrá la responsabilidad de organizar los músicos durante las procesiones de la Semana Mayor, trabajo que implicaba contratar a ejecutantes en otros pueblos consecuencia de ser Guatire siempre centro de hostilidades durante cualquier montonera o levantamiento contra el régimen de turno.


            Farías desempeña este cargo hasta 1880 cuando es sustituido por un músico que el Padre Isturiz había becado para que aprendiera el oficio en la Escuela de Bellas Artes de Caracas, de esta manera el joven Henrique León (1854-1895) pasa a ocupar el puesto clave en la vida musical del pueblo.


            La Escuela de Bellas Artes era la consecuencia de un decreto de 1877 del Presidente de la Republica Gral. Francisco Linares Alcántara, interesado en que el mundo cultural local se acercara a la modernidad de las tendencias del viejo continente en la pintura, escultura y música. Isturiz que pensaba de esa manera se preocupó por la pasantía del maestro León por esta escuela para llevar esa modernidad al pueblo, por supuesto el talento del pupilo también contaba.


            Con León empieza la enseñanza musical en el pueblo y entre sus alumnos surgirán figuras importantes para la región: José María Franquíz Jiménez (1866-1925), fundador de la primera escuela de música de Caucagua (pueblo 40 Km. Al este de Guatire), Agustín Canónico, fundador de la primera escuela de música de Guarenas; Gregorio Ascanio, fundador de varias orquestas en el Edo. Guárico (al sur de Miranda); Julián Tovar, el mejor guitarrista que tuvo Guatire a principios del siglo XX; y el reconocido Régulo Rico (1878-1960) extraordinario compositor y maestro de música.


            Para 1890 ya existía una Sociedad Filarmónica con compositores y ejecutantes en el pueblo seguía manteniendo relación con colegas de Guarenas, Petare, Chacao y Caracas, con los que compartía inquietudes y partituras, sobre todo marchas sacras. Pero fuera del templo el norte era la serenata, junto a Antonio Palacios, Francisco de Paula González, Hipólito Rengifo, Casimiro Sojo, Nicolás León y el maestro Carlos Acevedo, León era otro joven soñador.


            En 1895 tras la inesperada muerte del maestro León, el joven Régulo Rico lo sustituye en el cargo, recibiendo asesoramiento del Presbítero Isturiz, Demetrio Farías y Celestino Lira, entre otros.


            En 1898, el pueblo es atacado por una epidemia Variolosa que lleva a la tumba a muchos coterráneos y crea desolación y miseria, no obstante superada la tragedia, otra lo enlutará ya entrado el nuevo siglo.

El Padre Sojo

(1739-1799) Sacerdote reconocido en el ambito nacional como iniciador de los estudios musicales en Latinoamerica gracias a su creación, la llamada Escuela de Chacao. Tio abuelo del Libertador nacido en tierras guatireñas

Elías Calixto Pompa

(1837-1887) Poeta, dramaturgo y periodista guatireño reconocido en el ambito nacional como uno de los mejores del siglo XIX. Sus sonetos "Estudia, Trabaja y Descansa" están en las carteleras y murales de muchos colegios en todo el país.

El Padre Istúriz

(1836-1909) Sacerdote reconocido en el ambito regional por haber apoyado el desarrollo musical del maestro Henrique León y con ello crear una solida agruación musical que llevara adelante en Guatire las retretas publicas y los acompañamientos religiosos a finales del siglo XIX. Además emprendió diversas acciones sociales y culturales que le hicieron transcender la historia.

Henrique León

(1854-1895) maestro de musica de relevancia nacional se cuenta entre los mejores del siglo Xix. compositor, iniciador de los estudios de musica en guatire, maestro de musicos que impulsaron en el ambito regional la enseñanaza musical.

Autor de la Crónica

Juan Ramón Colina Suárez